Trofeo Caza y Conservación

¡VAMOS AL LÍO!

Ya la tenemos aquí, no parece que haya pasado tanto tiempo desde que cerramos la pasada temporada de caza… Lo que ocurre es que el tiempo vuela y, antes de pestañear, ya te han crecido los hijos y aquellos perrerillos que iban prácticamente agarrados a las delanteras de sus mayores, ya son mujeres y hombres con sus propias rehalas, aficiones, familias y vidas. Por esto mismo, hay que aprovechar cada minuto que nuestra gran pasión nos ofrece, intentando afinar, no sólo la puntería, sino nuestra forma de mostrarnos ante el mundo que nos rodea porque, aunque nos parezca inconcebible, hay personas a nuestro alrededor a las que no les gusta la caza y se merecen nuestro respeto, el mismo que nuestras piezas abatidas y que tan buenas vivencias nos procuran. No nos cansaremos de repetir que se cuiden las imágenes con las que nos mostramos a nosotros mismos y al «otro mundo». Hemos ganado, con el desarrollo de la informática, la posibilidad de conocer y revivir lances y trofeos propios y ajenos, esos que ya no sólo se quedan en nuestras retinas y ahora perviven, además, en nubes y redes que no son solamente nuestras y debemos respetarnos y respetar al vecino, con un poco de sensibilidad, a la hora de exhibir la pasión por nuestra afición. Queremos creer que estamos a un paso de que las aguas vuelvan a su cauce, sobre todo debido a la superexpansión del jabalí, y se volverá a ver al cazador como un gestor necesario. No debemos torcer esta incipiente trayectoria. Respeto y buenas maneras. También debemos respetarnos entre cazadores y el que, dentro de nuestro sector, no vea a los perros como compañeros, se está quedando retrasado en este nuevo siglo. Así, ante la inminente temporada montera, las distintas asociaciones de rehalas de España han pedido que nunca se dispare a los cochinos envueltos en perros y se penalice a quien así lo haga. Si no nos decidimos a entrar a un agarre a cuchillo, dejemos el paso libre a quien sí se atreva y sepa, y no recurramos a lo fácil y, a la vez, tan peligroso y nefasto para nuestros perros de rehala, que pueden resultar heridos o resabiarse y soltar un agarre en cuanto noten la presencia humana, con el peligro que eso conlleva. Nuestros queridos valientes ya se la juegan bastante, dejémosles cazar como marca la prudencia, el sentido común y la tradición. Disfrutemos de la caza, de nuestra vida y de nuestras costumbres. Somos capaces de recrearnos de igual forma del jipío de un maneto tras un conejo, que del cobro de un zorzal. Sentimos la misma emoción en un cortadero que delante de una muestra a patrón con una perdiz. Nos gusta tanto oír el tableteo de un hurón y un conejo en una hura que el repiqueteo de las parejas tras una pantalla de ojeo. Disfrutemos, pues, de nuestra afición, de nuestras costumbres y de nuestra vida en este nuevo inicio de temporada. Pongamos todo de nuestra parte y ¡al lío!. Seguir leyendo